La admiración y respeto a corporalidad de los pueblos mencionados se refleja en dichas figuras, pues cada uno se sus rasgos se localiza en un lugar estratégico, cada uno de sus detalles esta simbólicamente distribuido.
Piezas arqueológicas que rinden culto a las espacialidad, a la dualidad, la tripartición y la teatralidad. A través de ellas se reconoce el imaginario de la cultura Valdivia. Cabe recalcar que cada una de estas figuras esta representado la figura humana.
Los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos, representados mediante el jaguar, el caimán y el águila.
Pobladores antiguos que guardaban gran respeto y armonía con su entorno. Con grandes avances en el campo médico, arqueológico y tecnológico en aquella época, están representados así en la figura de Shaman, miembro de la comunidad al que lo atribuían sabiduría, armonía con los Dioses y conocimiento de un sinnúmero de elementos naturales.
Individuos consientes del agradecimiento a la fertilidad, a la tierra y a cada componente que aporte a su existencia. Se determina mediante estas piezas la base de su económica, pues se dedicaban a la agricultura y la caza, manteniendo avanzados sistemas agrícolas. Cada uno de sus adornos corporales mantenía un significado, por ejemplo los aros de sus orejas y nariz simbolizan la eternidad y el tiempo cíclico de la tierra.
Entre sus artefactos se encontraron estas sillas de piedra, creadas para miembros de la comunidad con mayor jerarquía social. La piedra es trabajada minuciosamente, sus rasgos son perfectos y los detalles muy cuidados.
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