La criatura legendaria, perteneciente a la mitología de las regiones de Nepal y el Tíbet. Lo describen como una criatura, con el cuerpo completamente cubierto por pelo blanco u oscuro, según las versiones, y que tiene la cualidad de silbar. Con cabeza grande, a quien atribuyen el cuidado de la vegetación y la vida animal que rodean al Himalaya o Siberia.
Es figura de sabiduría, paciencia, timidez, pero sobretodo lealtad a la naturaleza. Por su composición anatómica se cree que es un eslabón en la cadena evolutiva de la humanidad, pero a diferencia de él, el Yeti no esta desvinculado con la Naturaleza, el hombre por otro lado sí; pues el Yeti aún conserva el pelaje, traje importante que la naturaleza otorga a las criaturas de su creación.
Su mitología de trayectoria explica la separación de la humanidad con la naturaleza y el objetivo destructivo de dominarla, sucede todo lo contrario con la figura tradicional del Yeti.
Científicamente no se ha comprobado indicios de su existencia, para algunos paleontólogos primates de este aspecto son incompatibles a la vida, mucho más por las condiciones climáticas de su supuesto habitad, pues los primates en general y los simios en particular sólo viven en lugares donde existen frutas todo el año, es decir, en las zonas tropicales. Por otro lado existe muchos que afirman ser testigos de su existencia, pues lo han tenido frente a ellos, de lo cual solo queda fotografías y vivencia.
Algunos monasterios de Nepal, aseguraban guardar restos de huesos de Yeti, pero estudios científicos realizados recientemente, determinaron que los huesos pertenecían a animales domésticos y otros herbívoros. También circulaban rumores de que se conservaban mechones de pelaje de la criatura. Pero esto se demostró, que eran falsos.
Es figura de sabiduría, paciencia, timidez, pero sobretodo lealtad a la naturaleza. Por su composición anatómica se cree que es un eslabón en la cadena evolutiva de la humanidad, pero a diferencia de él, el Yeti no esta desvinculado con la Naturaleza, el hombre por otro lado sí; pues el Yeti aún conserva el pelaje, traje importante que la naturaleza otorga a las criaturas de su creación.
Su mitología de trayectoria explica la separación de la humanidad con la naturaleza y el objetivo destructivo de dominarla, sucede todo lo contrario con la figura tradicional del Yeti.
Científicamente no se ha comprobado indicios de su existencia, para algunos paleontólogos primates de este aspecto son incompatibles a la vida, mucho más por las condiciones climáticas de su supuesto habitad, pues los primates en general y los simios en particular sólo viven en lugares donde existen frutas todo el año, es decir, en las zonas tropicales. Por otro lado existe muchos que afirman ser testigos de su existencia, pues lo han tenido frente a ellos, de lo cual solo queda fotografías y vivencia.
Algunos monasterios de Nepal, aseguraban guardar restos de huesos de Yeti, pero estudios científicos realizados recientemente, determinaron que los huesos pertenecían a animales domésticos y otros herbívoros. También circulaban rumores de que se conservaban mechones de pelaje de la criatura. Pero esto se demostró, que eran falsos.